11 nov 2008

LA ONCEAVA ESTRELLA


El estadio Jalisco emerge en medio de la gran vendimia establecida a sus faldas. Tortas estilo estadio, dulces que alimentan el alma, cerveza para saciar la sed, camisetas rayadas tendidas y demás productos que se ofrecen al mejor postor para alimentar la identidad de los fanáticos del equipo.
Una verdadera fiesta, el partido de ida de la final contra Toluca. Entre la marea rojiblanca se escuchan los cantos alborotados de la Caravana, formada por todas las legiones o porras existentes en todo el país. Todos vienen brincando, ondeando las banderas, ataviados con sus más extravagantes accesorios alusivos al equipo, todos vienen cantando "Se viene, se viene Chivas campeón". El ambiente emana felicidad y hermandad.
Mientras la caravana ha llegado al punto de encuentro a fuera del estadio, los cantos se hacen más fuertes, la policía custodia a las barras, y no pueden evitar brincar o bailar involuntariamente. Las banderas se levantan más alto cada vez, ondean con más fuerza, los bailes se aceleran, es un ritual de pasión y entonan "Yo soy de chivas, es un sentimiento que no puedo parar".
Largas filas para entrar al estadio, para poder entrar al paraíso de concreto en donde la fiesta será mas efusiva, más alegre, más completa.
Zona aficionado norte, ahí se sienta la porra de Chivas, atrás de una de las porterías. El estadio está completamente lleno, y se pinta de rojo, azul y blanco, los colores a defender, los colores sagrados. Es un mar de banderas, el escudo de chivas aparece en cada rincón y se mueve al ritmo del aire, se mueve orgulloso entre las manos que lo portan.
Los equipos calientan en la cancha, la porra de Chivas se desvive en cánticos para apoyar a su equipo. Los jugadores se adentran en los vestidores, el momento crucial está por comenzar.
"Sal rebaño", se escucha en las voces cantantes de la barra. El rebaño sale al campo, el estadio une sus voces, el coro masivo se escucha. El equipo contrario sale al campo, el silencio hace arribo a la celebración.
Oswaldo Sánchez juega el primer tiempo en la portería frente a la legión. La afición le declara su amor "No se va, Oswaldo no se va", cantan. Él voltea y alienta los cantos, "Más fuerte", "vamos cabrones", grita el portero, la afición se desborda, Oswaldo es el ídolo es el símbolo más fuerte, nuestro capitán.
Se alcanza a leer en su espalda con letras plateadas la leyenda "Don Felipe", en honor a su padre. Esto es un aval de esperanza y fe para la afición. Oswaldo se tira, brinca, se cae, se levanta, defiende con su vida el travesaño. La afición le canta, le grita, lo ama.
Bruno Marioni se acerca. Peligro, corazones al borde de un ataque. Gol. El silencio y la tristeza invaden. El estadio se apaga por un momento, a lo lejos una pequeña mancha roja celebra.
Finaliza el primer tiempo. Los jugadores entran a los vestidores. Las luces del estadio se apagan. Todos con sus celulares alumbran, parece un mar de estrellas. Los fuegos artificiales sorprenden a todos, un verdadero espectáculo de luces, digno de una gran celebración.
Inicia el segundo tiempo, el portero contrario está ahora frente a la porra "Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, ese no es un portero es una puta de cabaret", cantan ahora. Cristante trata de ignorar y de hacer su trabajo.
"Haz un gol, chivas haz un gol" entonan. Omar Bravo se acerca, Gol, gol, gol!!!, el estadio se desborda, lluvia de cerveza, gritos de euforia, las banderas arriba bailan más fuerte que nunca, los corazones ahora laten aceleradamente, las sonrisas se han tatuado en todos los rostros.
El partido finaliza. Empate, todo se decidirá en el partido de vuelta, ahora Chivas será visitante, parece difícil pero no imposible.
Domingo 10 de diciembre el partido de vuelta está por comenzar en Toluca. En Guadalajara, la Minerva está rodeada por millares de escudos de chivas, un estrado rodea la estatua, y en la glorieta unas noche buenas forman la palabra "Chivas", el hotel Fiesta Americana está adornado por unas mantas rojiblancas gigantes que cubren sus torres. Hay un escenario que presume todas las copas campeonas del Guadalajara. En las pantallas gigantes se observa el partido de vuelta, en el estadio Nemesio Diez.
Rosarios rojos y blancos, bufandas, un niño Dios vestido de Chiva, unos gemelos bebés con sus pequeñas camisetas
La glorieta está llena, hay igualdad total, todas las camisetas son rojiblancas.
Inicia el primer tiempo "Chivas, Chivas" cantan todos.
Bruno Marioni de nuevo, el verdugo se acerca. Gol. La Minerva calla. Las lagrimas se escapan, los bailes cesan, por un momento todo parece perdido, la tristeza es muy grande, es inevitable, aprisiona los cantos.
Después de algunos minutos de nostalgia, la afición no se deja caer. "Ustedes poniendo huevos y yo alentando" cantan. La emoción y el ánimo empiezan a resurgir.
El Maza Rodríguez se acerca a la portería contraria, cabezazo. GOL, GOL, GOL!!!, la Minerva estalla en gritos, Gol. El gol de la esperanza, el gol que mató la tristeza, el gol que secó las lagrimas.
Empiezan de nuevo los cantos emocionados.
Alberto Medina pasa el balón al Bofo desde la media cancha, el Bofo se lo lleva, se acerca, se acerca a la portería, todos se paralizan: GOL!, el más hermoso y estremecedor gol, el gol que arrancó lagrimas de alegría, los gritos estallan, una lluvia de soda de manzana cubre a todos, las banderas toman vida propia. Bofo llora, se hinca conmovido en el estadio, la Minerva también llora con él.
Silbatazo final. Chivas es campeón. Después de 10 años, campeones por fin. Los brazos arriba, los cantos se avivan, el orgullo se torna rojiblanco.
En Toluca, en el estadio San Oswaldo levanta la copa, el héroe del gol Adolfo Bautista a su lado. Oswaldo besa la copa, en la Minerva la felicidad no cabe, inunda las calles, poco a poco la gente hace arribo a la glorieta. Los carros adornados, pintados, la leyenda "Chivas campeón" aparece por todas partes, la vida ahora se pinta rojiblanca.
Un concierto, desfile de personalidades por el estrado que rodeaba a la Minerva, Música, cantos, verbena. Horas después un avión rodea la glorieta. Son ellos, nuestros campeones, que rondan el cielo, para vernos desde arriba, para ver la Minerva llena, para verla pintada de sus colores.
Después de una espera, los campeones arriban. Los reciben con los brazos más que abiertos, Bofo carga la copa. La Minerva estalla en jubilo, la gente vitorea a sus ídolos, a sus héroes, a sus campeones.
Una estrella más para nuestro cielo, para el cielo rojiblanco.

No hay comentarios: