12 jul 2010

TRES AÑOS

Un 12 de Julio del 2007, hace tres años murió mi padre.
Con su partida, he comprobado muchas cosas.
Que es verdad eso de que el tiempo lo cura todo, sin embargo, la muerte de alguien tan cercano siento que es como una herida que nunca se cierra, que siempre dolerá, pero que te acostumbras a vivir con ella.
He aprendido que lo que no te mata te hace más fuerte, eso también es cierto. Después de sentir su ausencia y añorar como nunca un abrazo o un segundo de su voz o presencia, creo que nada ha sido más dificil, pero ahora soy más fuerte, no cualquier cosa me quebranta.
Tres años, que parecen a veces tan rápidos, otras veces muy lentos.
Su muerte, también me hace querer volver a creer, en un Dios que todo perdona, en un cielo a donde se van los que parten de este mundo y en un reencuentro en ese lugar de felicidad.
Creer!, que fácil y que reconfortante.
Creer que algún día lo volveré a ver, muchas veces me mantiene firme.
Pero también, creo que él siempre está conmigo, y me cuida, y me acompaña, y toma mi mano para alentarme a seguir.
La muerte también, lo perdona todo, lo exonera todo, porque ya nada importa, sólo los magnificos recuerdos y los buenos momentos, esos si importan.
Duele la herida, y no se cierra, pero ahí está, también para acordarme siempre de él, para nunca olvidarlo, eso sería imposible.